Los trasplantes siempre se deben hacer cuando la planta esté en reposo, o sea, en invierno. Hacerlo en primavera o verano supone dejar al árbol sin apenas raíces en un momento en el que las hojas y las flores están pidiendo mucha agua. Riega mucho las semanas posteriores a plantar. Todo trasplante supone un trauma tremendo para la planta: pierde raíces y recibe una poda, a veces, fuerte. El cambio a su nueva ubicación también le afecta: otra situación de sol, sombra, tipo se suelo, viento, etc.
El cambio de maceta se puede realizar en cualquier época del año siempre que no se toquen las raíces.
Casos en el trasplante de árboles
Árbol pequeño de hasta unos 3 años aproximadamente, se puede trasplantar ‘a raíz desnuda’, es decir, sin tierra pegada en las raíces.
Plantas adultas se trasplantarán en cepellón, es decir, una masa de tierra adherida a sus raíces.En todo tipo de trasplante se debe compensar la parte radicular con la parte aérea mediante poda.
En ejemplares grandes se debe entutorar la planta, debido a que el viento la puede mover o tirar, entrando así aire en las raíces impidiendo de esta manera el enraizamiento.
Después de todo trasplante hay que regar en abundancia para que quede en perfecto contacto la tierra con las raíces, y utilizar abonos de enraizamiento.